EL APRENDIZAJE EN LA EDUCACION A DISTANCIA

Considerando los elementos que integran todo proceso de aprendizaje, en la Educación a Distancia nos encontramos con un aprendiz cuyas características internas y externas no son fácilmente homogeneizables. Ya no se trata aquí sólo de cuestiones de personalidades diversas o de calidad de saberes previos, sino de distintas nacionalidades, edades variadas, diversidades culturales y hasta idiomáticas puesto que en nuestro caso podemos compartir el idioma castellano, pero no siempre es así.
La escuela tradicional siempre trabajó sobre un supuesto de homogeneidad, los métodos que ha desarrollado históricamente la didáctica se dirigen a un supuesto “alumno medio”. Sin embargo, el hecho colectivo que implica la educación de nuestra época constituye una realidad pasible de ser asumida de diferentes formas. Y es aquí donde nos encontramos con la problemática específica de la Educación a Distancia especialmente la que se produce a través de medios digitales y su heterogéneo alumnado, diseminado por todo el planeta.
Este es uno de los desafíos que nos plantea la Educación a Distancia: la búsqueda de nuevas estrategias para llegar a un aprendiz no siempre del todo conocido por su profesor, la elaboración de materiales adecuados a esa situación, la conformación de un contexto distinto, específico, por qué no atractivo y el replanteo del rol docente.
Y aquí cabe destacar la importancia de la interacción entre pares y con el profesor en los cursos de Educación a Distancia. Las investigaciones recientes sobre las interacciones entre alumnos revelan la importancia cognitiva de éstas.
Así pues también podemos atribuir el cambio cognitivo en ocasión de la interacción con un par de factores o “mecanismos de influencia social” y no sólo al conflicto sociocognitivo; afirmando de esta forma que la toma de conciencia de una respuesta diferente de la propia es la que produce un conflicto interno en el sistema cognitivo del sujeto.